Boca perdió y se acabó su sueño de tricampeonato

El campeonato le daba una ficha a Boca para animarse a apostar. Más por matemática que por rendimiento, más por historia y peso propio que por presente. Así y todo, pese a que los líderes todavía se veían lejos cuando el final ya está cerca, así y todo había una esperanza sobrevolando la Bombonera.

Pero para sostenerla, el margen de error era nulo. Y el partido pendiente de la fecha 15 ante Atlético Tucumán resultaba su último atajo hacia la ilusión. No pudo. Perdió. Y el sueño de tricampeonato se terminó.

Desde el arranque quedó reflejado que sería un partido a contramano para los de Gustavo Alfaro, que perdió su primer partido oficial desde que llegó a La Boca.

Con falencias notorias en el fondo, sin juego en el medio y con mucha gente pero pocas luces en ofensiva.

El DT había decidido cambiar medio equipo para darle rodaje a Nandez, Bebelo, Tevez y compañía. Pero el mix ésta vez no funcionó y las pocas sociedades que se habían mostrado en los últimos partidos quedaron desarmadas ante los tucumanos.

Cuando el resultado era adverso y Alfaro intentó cambiar tampoco encontró soluciones. Porque acumuló delanteros, tiró toda la carne al asador pero con eso solo no alcanza. Porque Pavón no es el que era, Zárate no aportó lo de otros encuentros y todos fueron arrestos individuales, como el del gol de Ramón Ábila que encendió la ilusión. Y se apagó enseguida.

Un horror defensivo en el arranque del juego dejó el camino cuesta arriba. Iban 8 minutos cuando Matos primero guapeó y después desbordó por la derecha. El ex San Lorenzo tiró el centro al área, Buffarini pifió, Andrada dudó y Gervasio Núñez la empujó al gol.

Desde ahí se armó un partido de ida y vuelta. Cristian Lucchetti le sacó el gol a Nandez y a Tevez. Y en el área de enfrente Matos estuvo a centímetros de ampliar la cuenta.

Para el segundo tiempo, Alfaro mandó a la cancha a Mauro Zárate por Bebelo Reynoso. Y Boca se rompió: fue dos equipos, a todo o nada. El mejor ejemplo de ese empuje para ir a buscar darlo vuelta fue Wanchope Ábila, que pivoteó, encaró, guapeó y definió de atropellada para poner el 1-1.

El gol aceleró aún más a Boca. El ingreso de Pavón le sumó vértigo y tuvo una chance inmejorable de pasar al frente en una acción que decidió mal el delantero que recién había entrado. El 7 debía tocar al medio para el gol de Wanchope, pero su pase fue muy cerrado y lo pudo bloquear Lucchetti.

De inmediato Atlético Tucumán hizo en el área de enfrente lo que Boca no había podido: David Barbona se tomó el tiempo justo para elegir la mejor opción y la tocó a un palo ante el desconcierto de los defensores locales.

La derrota, la primera del ciclo Alfaro, es dura porque enrostra una realidad: más allá de la matemática el sueño del tricampeonato se terminó de escapar.