Otro comienzo fallido: sólo cuatro de cada 10 chicos arrancan normalmente las clases

Algunos debates arden y al minuto siguiente quedan opacados por otros más grandes. Esta semana a nadie le importa mucho si decir “alumnas”, “alumnos”, “alumnes” o “alumnxs” porque el 57% de los chicos argentinos de jardín  de infantes y primaria no pisarán las aulas. Las clases no arrancarán este 6 de marzo, como estipulaba el calendario escolar. Tampoco al día siguiente, producto del paro docente de 48 horas convocado por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), ante de la falta de acuerdo salarial. La medida se extiende 24 horas más por el paro del Día de la Mujer. Dicen que el ciclo lectivo recién podría comenzar el lunes 11 normalmente. Pero, ¿alguien lo asegura?

Nadie. En la comunidad escolar bien se sabe que hasta el último minuto no se puede jurar nada. La incertidumbre y cierto enojo dominan el intercambio en los miles de grupos de chat de las familias. Irritación por los chicos sin clases y por los docentes en una crónica situación de insuficiencia salarial.

La falta de consenso es notable. Gabriel Sánchez Zinny, director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, explicó que el diálogo con los gremios es “muy bueno”: “El año pasado hubo muchas reuniones, hay actas que lo certifican. Este año nos reunimos muchas veces también y se abordaron varias mesas técnicas”.

Un minuto después, María Laura Torres, secretaria adjunta de Suteba (gremio que integra el Frente de Unidad Docente, compuesto por Sadop, Uda, Amet y Udocba), dijo lo contrario: “Nunca recibió a nuestro Frente. Lo pedimos por nota varias veces para discutir condiciones laborales, algo que aparecía mucho en la mesa paritaria, ausentismo docente y salud laboral, infraestructura escolar y la situación de los cargos faltantes en los diferentes niveles y modalidades. Sólo hay diálogo ante la urgencia”.

Sánchez Zinny dijo que “la primera oferta paritaria fue en diciembre de 2018”. Torres, que “no se llegaría a esta situación si la discusión paritaria empezara antes. Pero siempre convocan en febrero”.

Los chicos son el jamón del sándwich: esta semana 3.772.775 se quedarán en sus casas. Los que irán a la escuela son 2.848.658, el 43% del total (en base a cifras del INDEC 2017), que acuden a establecimientos de gestión privada o viven en alguna de las seis provincias que cerraron acuerdos paritarios: Chubut, Santiago del Estero, Mendoza, Neuquén, Tucumán y Misiones.

Alejandro Finocchiaro Ministro de Educación de la Nación, negó la existencia de un paro de alcance nacional, “No hay paro nacional porque la Nación no tiene escuelas a cargo. La gestión educativa es de las provincias. Mañana comienzan las clases. Lamentablemente, es posible que en algunas escuelas esto no suceda o suceda parcialmente, pero entendemos que serán una minoría. Una minoría que, seguramente, quienes están empeñados desde hace años en socavar los cimientos de nuestras escuelas públicas para mantener sus privilegios sectoriales festejarán”.

Eduardo López, secretario gremial de CTERA y secretario general de UTE, gremio que representa a cerca del 25% de los docentes porteños (donde tampoco comenzarán las clases) explicó que “hay que desandar esto de que siempre hay paros. Desde 2005 y hasta 2016 no hubo conflictos nacionales excepto en 2014, cuando Cristina Kirchner  incumplió la paritaria e hicimos paro. No es partidario”.

Para López (y Torres, de Suteba, coincidió) el año “ejemplar” fue 2016: “Las clases empezaron normalmente en Capital, Provincia y Nación, y Macri ya era presidente. Yo mismo firmé la paritaria y soy el mismo que entonces. De nuestra parte hay cero politización”.

¿Qué cambió de 2016 a 2018? Según López es simple: “Los aumentos compensaban la inflación porque había diálogo nacional y ahora (desde el decreto que en 2018 cerró la paritaria nacional docente) los aumentos están por debajo del alza de precios”.

Fuentes del Ministerio de Educación nacional insistieron en aclarar que “la línea de pobreza no se mide con los ingresos de un individuo sino de una familia tipo. Además se considera sólo un cargo cuando está la posibilidad de trabajar dos y hasta tres, que es lo que la mayoría del sistema hace. En la provincia de Buenos Aires, sólo el 7% cobra la base salarial”.

Lo de los cargos es un capítulo paralelo. Se dice con cierta liviandad (y cabría repensarlo centrándose menos en las horas que en el tipo de actividad) que los maestros de grado debe trabajar jornada completa. Para López, “el salario de la mitad de los maestros de grado de la Ciudad ronda los 20.000 pesos, jornada simple. Con 15 años de antigüedad el monto es similar. Si querés ganar más tenés que tomar dos turnos, que es una locura: son 10 horas de trabajo frente a alumnos, sin contar el tiempo de planificación y de evaluación. La explotación está naturalizada”.

“Sin los aumentos de este año, en febrero, un docente bonaerense que recién comenzaba, con un turno, y remarco que es un puesto de trabajo, ganaba 16.500 pesos, muy debajo en la media de todo el país. En La Pampa era 23.412; en Santa Fe, 22.600”, explicó Torres.

“En 2018 perdimos un 16% por la inflación. Queremos recuperar lo que perdimos en el 2018 antes de discutir el 2019”, agregó la representante de Suteba.

Sánchez Zinny remarcó que la oferta de la Gobernación provincial(rechazada por los gremios) contempló varios pedidos de los docentes: “Pusimos una cláusula gatillo para este año, los primeros tres meses, mensual; el resto del año, trimestral. Pero ellos también nos hicieron comentarios sobre la pérdida de 2018, y son aceptables. Por eso agregamos dos componentes: el recupero del 5% en diciembre y subir el salario inicial (de 16.500 a 18.400 pesos), que es una oferta superadora”.

Las escuelas van a estar abiertas y los comedores, funcionando. Sólo se perjudican los chicos. De todo modos, vamos a seguir dialogando”, agregó.

Los maestros se quejan de que el Gobierno nacional haya cerrado el diálogo salarial a nivel país, ahora transferido por completo a las provincias, “algunas de las cuales son ricas y otras pobres, lo que hace que no haya un piso del cual partir”, explicó López.

En el Ministerio de Educación se defendieron invocando la tautología de que no puede existir lo que no existe: “No tiene sentido decir que la Nación se desentiende de la Educación porque la gestión educativa es de las provincias. No hay olvido ni corrimiento de la responsabilidad. El ministerio traza las políticas educativas que rigen a lo largo y ancho del territorio, pero la gestión de las escuelas, quien emplea a los docentes y mantiene los establecimientos son las provincias. Está en la Constitución”.