Los niños deben participar en la elección de sus anteojos. De esta manera, tendrán mayor confianza, seguridad y autoestima, y habrá más probabilidad de adhesión a su uso.
Es habitual que los chicos no quieran sentirse diferentes entre pares y desarrollen algún complejo si tienen que usarlos.
Para ello, se requiere del apoyo de los padres en la toma de la decisión, ya que el uso o no de lentes -y como consecuencia, una mala visión- puede constituir un problema de autoestima. Según diversos informes psicológicos, los chicos que no ven bien tienden a frustrarse con más facilidad, a tener dificultad en el aprendizaje, para concentrarse, a sentirse menos que sus pares y a generar dolores de cabeza con frecuencia, entre otros.
Uno de cada cuatro niños tiene un problema visual no detectado que puede interferir con su aprendizaje.
Dra. Carolina Colutta
MÉDICA OFTALMÓLOGA, DIRECTORA MÉDICA DEL INSTITUTO OFTALMOLÓGICO DE BUENOS AIRES, IOBA.
Los padres deben demostrar una actitud positiva ante los lentes de tus hijos y ayudarlos a sentir orgullo y confianza en sí mismos.
Es importante no presuponer que los menores van a rechazar la idea de usarlos.
Gracias a los avances en lentes delgados y livianos y a la existencia de una amplia variedad de armazones discretos o llamativos y de moda, los chicos tienen más alternativas y, seguramente, se entusiasmen con la idea de usar anteojos para parecerse a los mayores o para expresar un estilo personal. No está de más recordar que muchos personajes infantiles los usan y pueden servir como modelos.
Como padres, hay que estar atentos para aconsejarlos para que controlen la situación por sí mismos. Conservar el sentido del humor suele ser muy útil.
Una manera de obtener el agrado es asegurarse que los chicos se sientan parte del proceso de selección de los marcos: es un aspecto importante para que los usen y los cuiden. Los menores gozan de libertad para elegir el estilo, el color y la forma de los anteojos.
Si bien pueden desear un color o una marca específica que esté de moda, también hay que tener en cuenta la durabilidad y la seguridad de lentes y armazones.
Existen patillas durables de estilo resorte, monturas flexibles, lentes de policarbonato resistentes al impacto y protección contra los rayos UV. Además, hay anteojos especiales para prácticas deportivas.
Alrededor del 80% de la exposición a la radiación UV en el transcurso de toda la vida de una persona tiene lugar antes de los 18 años. Los adultos, por lo general, toman precauciones para proteger la piel de sus hijos del sol, pero raras veces hacen el esfuerzo para proteger los ojos de los dañinos rayos y del resplandor ultravioleta.
Incluso en un día nublado, la luz UV puede provocar quemaduras en la piel y en la córnea de los ojos. A largo plazo, esto puede aumentar las posibilidades de desarrollar cataratas o daños en la retina, que pueden conducir a la ceguera. Así como los protectores solares protegen la piel de la sobreexposición a los rayos UV, los anteojos apropiados bloquean la radiación y mantener los ojos de manera segura.
Los lentes fotocromáticos, que cambian de claros a oscuros en presencia de la luz ultravioleta, brindan una ventaja en la salud visual ya que proporcionan 100% de protección de manera automática, lo cual elimina la necesidad de que los niños deban hacerse cargo de dos pares de anteojos (unos para uso regular y otros para el sol).
Por Dra. Carolina Colutta, médica oftalmóloga, directora médica del Instituto Oftalmológico de Buenos Aires, IOBA.
