Cualquier expectativa que pudo tener el Frente para la Victoria de ganar la elección en Río Negro se diluyó a la velocidad del rayo, apenas se empezaron a abrir las 1.645 urnas distribuidas a lo largo y ancho de la provincia. Tal como confiaban en el oficialismo provincial, Arabela Carreras, de Juntos Somos Río Negro, le ganó al peronista Martín Soria, que jugó aliado al kirchnerismo y bajo el histórico sello del FpV.
Según el escrutinio del 93,56% de las mesas, Carreras conseguía un 52,49% y Soria un 35,08%. Tercero, muy lejos, quedó Cambiemos, que llevó a la radical Lorena Matzen de candidata, con el 5,67%. La Casa Rosada se subió al triunfo de la fuerza local y festejó la derrota del kirchnerismo, pero sigue sin encontrar fórmulas propias que sean competitivas en la Patagonia.
Con esos porcentajes, Soria admitió la derrota y se quejó de que tuvo que competir “contra dos oficialismos”, el rionegrino y también el de la Casa Rosada.
Una de las llaves del triunfo de Weretilneck y su sucesora Carreras es el plan Castello, llamado así por el primer gobernador rionegrino, Edgardo Castello. Con la aprobación de la Legislatura provincial, Río Negro tomó una deuda por 300 millones de dólares para financiar obras de infraestructura en toda la provincia.
Fue un oxígeno económico para la gestión. Se puso en marcha la ampliación del sistema eléctrico, el desarrollo de nuevas áreas bajo riego, gasoductos y plantas de tratamiento de los efluentes cloacales que iban al Río Negro. Todas obras palpables.
Tuvo a su favor, además, la ausencia de conflicto social. Los sueldos a los estatales se pagan en fecha y las clases arrancaron con normalidad. Tras el veto a la reelección del actual gobernador, el titular de ATE, Rodolfo Aguiar, había anunciado: “Iba a votar a un hombre y ahora votaré a una mujer”, en un guiño a Weretilneck y a Carreras.
Voces del propio peronismo rionegrino empezaron a tratar en la noche de este mismo domingo de “mariscal de la derrota” a Soria. Le atribuyen una estrategia electoral errada, centrada en la judicialización de la campaña y carente de propuestas.
Queda ahora por ver cuál será ahora la próxima jugada de Soria. La Carta Orgánica municipal le impide ir por un nuevo mandato -los tiempos ya no le darían para modificarla- como intendente de General Roca. Para peor, con el triunfo de este domingo Juntos ahora se envalentonó e irá por la ciudad con Gerardo Blanes como candidato.
“Hicieron una construcción sectaria, no quisieron ampliarse a otros sectores. Fue un proyecto que no estuvo pensado para ganar”, señaló un dirigente del PJ que ahora se prepara para salir a cuestionar el liderazgo de Soria en el PJ de Río Negro.
La fórmula de Arabela Carreras y Alejandro Palmieri también se benefició con los votos de radicales que optaron por, en vez de votar a Cambiemos, impedir una victoria de Soria. Voto útil.
Esa también fue la estrategia de la Casa Rosada. Prácticamente asfixió a las candidatas de Cambiemos, la radical Lorena Matzen y la macrista Flavia Boschi, quienes debieron hacer una campaña extremamente austera. El objetivo final era evitar a cualquier costo un triunfo que pudiera eventualmente adjudicarse Cristina Kirchner.
Pero el daño colateral es muy elevado. La fuerza que lidera Mauricio Macri surfeó una derrota monumental que debería provocar escalofríos en el ala política del Gobierno Nacional. Antes de las 10 de la noche, de todos modos, el Presidente, su jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, ya habían llamado a la ganadora, para impregnarse de algún modo con su perfume triunfal.
En la Casa Rosada decían que Weretilneck mostró Inteligencia para el armado de la fórmula de Juntos. En una provincia con características muy diferentes y algunas fuertes rivalidades entre ciudades, puso de candidata a Carreras -es de Bariloche, la principal ciudad de la provincia- y a Palmieri de General Roca (la segunda ciudad en electores). El actual gobernador es de Cipolletti, la tercera ciudad.
En octubre Río Negro renueva a sus tres senadores. Tras el triunfo de este domingo, Weretilneck buscará quedarse con una de esas bancas (y una segunda para una mujer de su partido).