Las ventajas de incluir frutos secos en la alimentación

Los frutos secos son semillas comestibles cubiertas por una cáscara más o menos dura según las especies, que pueden ser oleaginosas (ricas en aceite, como nueces, maní, almendras, avellanas) o farináceas (contienen almidón en abundancia, como la castaña). Entre los frutos secos más populares hay almendras, avellanas, castañas, castañas de Cajú, castañas de Pará, nuez mariposa, nuez de Pecán, pistachos y maní.

La producción de frutos secos está en una expansión mundial, impulsada por la creciente demanda del consumo de productos asociados a una alimentación saludable. En Argentina, la superficie implantada con frutos secos es de aproximadamente 23.133 hectáreas, y con el 31,8% del total, la provincia de Mendoza encabeza el ranking, seguida por Catamarca (19,1%), La Rioja (12,6%), Entre Ríos (11,3%), Río Negro (8,4%), San Juan (7,5%), y las demás provincias aportan el 8% restante. Se estima que en 2016 se produjeron 25.752 toneladas de frutos secos, dónde la nuez de Nogal representa el 71,5% de la producción, la nuez de Pecán el 15,4%, la almendra el 9,6%, el pistacho un 2,4% y la avellana el 1%. **Estos datos pertenecen al primer **Relevamiento Nacional sobre Frutos Secos (RNFS).

Los frutos secos son excelentes alimentos que aportan una gran variedad de vitaminas y minerales, fibra, proteínas, ácidos grasos insaturados y antioxidantes, que contribuyen al buen funcionamiento del organismo y en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Además, como todos los alimentos de origen vegetal, no contienen colesterol.

Las Guías Alimentarias para la población Argentina recomiendan consumir un puñadito de frutos secos (nueces, almendras, avellanas, maníes, sin sal ni azúcar) o una cucharada sopera de semillas sin salar al menos una vez a la semana en reemplazo del aceite. Se pueden incorporar como parte del desayuno o merienda, acompañados de leche, yogur, fruta fresca, frutas desecadas y cereales. También pueden incluirse en preparaciones dulces como budines, muffins o tortas, en preparaciones saladas como ensaladas, rellenos, tartas y pastas; para elaborar bebidas vegetales o untables vegetales; y son una excelente opción de colación rápida, práctica y saludable.

Consejos

  • Al momento de comprarlos, si se trata de frutos secos que tienen cáscara, se debe observar que ésta se encuentre íntegra y que no tenga roturas, manchas, orificios o deformaciones y que la coloración sea la propia de su especie.
  • Una vez retirada la cáscara, el fruto no debe tener un aspecto ni demasiado grasiento ni reseco. En los frutos secos envasados se debe observar si hay agujeros en los envases, ya que esto puede indicar la presencia de insectos.
  • Los frutos secos tienden a ponerse rancios con facilidad, sobre todo si las cáscaras están rotas o resquebrajadas. Por lo tanto, se aconseja conservarlos en la heladera, hasta 6 meses se mantienen sin problemas. También se pueden freezar hasta por un año, con o sin su cáscara.

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