La propuesta salarial que acaba de realizar la parte patronal y que habría firmado la UTA, constituye una provocación lisa y llana a los trabajadores del subte y su organización, la AGTSyP.
Mientras el cuerpo de delegados reclama un 35% de aumento para compensar la pérdida de poder adquisitivo del 2017 y el proyectado para 2018, habrían firmado un 5.7% de aumento, que en agosto subiría al 11.4% y recién en diciembre alcanzaría el 15.2%, no acumulativo en ningún caso.
Y una limosna de $ 1500, por única vez, en negro. El resultado, anualizado, es de un aumento de 9.48%.
Con lo que la pérdida de poder adquisitivo rondará este año en un 16%, sin contar todavía con lo que nos muerden con el impuesto al salario.
Se trata de un acto de bandidaje, en el cuadro de un aumento sideral del precio del trasporte, el resarcimiento en dólares para petroleras, sojeras y mineras y beneficios históricos para los banqueros.
Que este intento de saqueo al bolsillo de los trabajadores para enriquecer a los capitalistas pase o no, depende por entero de la actitud de los trabajadores. No faltan luchas: mineros del Turbio, el Inti, Materfer, Cargill, docentes de los distintos niveles están en lucha.
El problema está en los bloqueos de las conducciones burocráticas de los sindicatos, que le facilitan a Macri la aplicación de un plan de guerra contra la clase obrera.
En el subte esta provocación no es ajena a otras: el desconocimiento de nuestra personería, la negligencia en seguridad, las sanciones, la flexibilización laboral.
Llegó el momento de decir ¡basta! Es necesaria una repuesta rápida y contundente: lancemos un paro con movilización de advertencia y reunámonos todos en asamblea general la semana próxima para votar un plan de acción de medidas progresivamente más profundas.
Propongamos a los gremios opositores de la CABA un plan común de lucha organizado por el plenario de delegados conjunto de los gremios que estén dispuestos a parar la mano antiobrera de Rodriguez Larreta – Macri.