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El trágico final de “More”, la chica de 15 años asesinada mientras hacía los mandados

Morena Brendel (15) había terminado de limpiar la casa junto a su mamá y tenía que caminar solamente tres cuadras hasta una despensa para comprar jabón para lavar la ropa. Esa era la última tarea del día antes de pasar la tarde junto a su novio. Hasta que pasó algo tan fugaz y absurdo como un insulto desde una moto. Luego siguieron las piñas y la apuñalada. Morena terminó muerta en la vereda.

A un mes del asesinato, cometido el 3 de enero a las 17.30 en la esquina de Colón y Mendoza, en Olavarría, la familia organiza una marcha para este domingo a la tarde, a partir de las 18.30, desde ese lugar hasta el centro de la ciudad.

Aquel día, la chica había salido de su casa, ubicada en Roque Sáenz Peña y Córdoba, con Gastón, su novio, rumbo a una despensa. 

La pareja de atacantes volvió a la moto y huyó. La chica empezó a perder sangre a chorros y su novio y las personas que estaban en el negocio intentaron ayudarla. Llamaron a la ambulancia y a la Policía. También a su mamá, Natalia.

La ambulancia no llegaba, Morena se ponía cada vez más pálida y la mamá le pidió a los policías si podían llevar a la chica hasta el hospital antes que sea tarde. Ante la urgencia y rompiendo los protocolos, la cargaron en la parte de atrás de una de las camionetas de la Bonaerense. En el camino, se cruzaron con los médicos e hicieron el traspaso. Pero Morena murió apenas entró al hospital. El cuchillo, que entró por la parte inferior del cuello, le había perforado la arteria aorta.

«A mi hija no le dieron oportunidad. Ni siquiera para que los médicos puedan pelearla en el hospital. Ya llegó casi muerta. Intentaron todo. Le practicaron reanimación, le pasaron sangre, pero no alcanzó», dijo su madre. Natalia llegó a ver a los últimos segundos de vida de su hija mientras esperaba la ambulancia. «Le arrancaron la vida en un segundo»

Gracias al aporte de los testigos del episodio, el fiscal Cristian Urlézaga, de la UFI N° 7 y la fiscal de feria Viviana Beytía, lograron identificar a los atacantes. Así detuvieron primero a Brisa Ayelén Wagner (18), imputada por homicidio simple y unos días después a Emanuel Molinate (22), ex pareja de Wagner, acusado por «participación secundaria» en el homicidio, y «encubrimiento agravado» por haber llevado a su ex novia en la moto. La adolescente de 13 que inició la pelea es inimputable.

Las dos hermanastras que atacaron a Morena también son de Olavarría, aunque se habían mudado primero a Sierra Chica y luego a Azul, a 56 kilómetros. Hace tres meses habían vuelto a su ciudad natal. Dicen que luego de varios problemas en las localidades por las que pasaron, con familiares que terminaron presos por distintos delitos. 

«Estas personas los únicos proyectos que tienen es ver a quién le pueden robar, a ver qué casa pueden usurpar, se manejan con total impunidad», señaló Natalia.

No había relación entre Morena y la menor con la que tuvo el primer encontronazo. «Ellas no se conocían, habían tenido una discusión por Facebook pero hace mucho tiempo. Yo pienso que quizás se equivocó de persona«, dijo Natalia sobre el posible detonante de la pelea.

«Ahora la de 18 pide beneficios; que le den arresto domiciliario con tobillera electrónica porque tiene una hija. Si a mi hija no le dio ninguna oportunidad, ¿por qué yo le tengo que dar la oportunidad a ella?», se quejó Natalia.

A la tristeza por el asesinato de Morena, la familia debe cargar además con el drama de convivir en el mismo barrio con la adolescente de 13 años que se peleó con la nena antes de la agresión. Incluso, Molinate estuvo en libertad hasta 15 días después del hecho. Por lo que la familia de Morena pensaba mudarse.

«Con la menor no se puede hacer nada porque tiene 13. Lamentablemente anda con total impunidad por la calle. Yo con todo el dolor del alma la tuve que enterrar a mi hija, cuando tenía un montón de sueños y cosas por vivir y a la que causó todo la seguís viendo por el barrio», dijo Natalia. Y sobre los proyectos de la chica, agregó: «Quería terminar la escuela y estudiar para penitenciaria. Este año se había llevado matemáticas y tenía pensado prepararse para rendirla».

Para la familia, el crimen de Morena fue el tercer golpe directo. Además de la muerte del papá de Morena, el año pasado, su tío por parte materna, Manuel Agustín Quintero, fue asesinado en una pelea entre vecinos. 

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