Newell’s construyó más que su primer triunfo: afianzó una identidad de juego que le permite pensar el futuro cercano sin tantos nubarrones. Y San Martín sigue ahí, aun paso de la zona roja del descenso.
Necesidad. La palabra sintetiza los presentes de ambos, de Newell’s, urgido por ganar en este 2019 (cuatro empates hasta anoche) y de empezar a engrosar un promedio que preocupa de cara a la próxima temporada; y de San Martín, con una coyuntura más asfixiante por un descenso que hoy lo tiene en jaque. Las urgencias, entonces, se sintieron en el césped del Coloso del Parque.
Como era de esperar, Newell’s asumió de entrada el protagonismo. Una línea de cuatro adelantada con los laterales abiertos en mitad de la cancha, dos volantes tapones (Rivero y Cacciabue), tres mediocampistas creativos (Maxi Rodríguez, Formica e Insaurralde) y un solo delantero: Alexis Rodríguez, el primo del capitán, a quien Bidoglio le dio la titularidad antes los flojos rendimientos del Luis Leal.
El planteo, ambicioso para un equipo al que no le sobre nada en cuanto a individuales, funcionó. Newell’s se adueñó de la pelota y de los espacios. El partido se jugó a su ritmo. Pero le faltó peligrosidad, el mayor déficit en este corto ciclo de Bidoglio. Llegó con espasmos y, en algunos malos retrocesos (anoche improvisó zaga central con Paredes y Freytes por las lesiones de Fontanini y Callegari, los titulares), entregó ventajas.
San Martín con muy poco pudo irse en ventaja al descanso. Aguerre le ahogó el gol a Cristaldo y el travesaño le sacó el grito de la boca a Dening. Sin embargo, el desahogo para los rosarinos llegó en el cierre del primer tiempo. Cacciabue acertó en un pase frontal a la espalda de la defensa de San Martín, Maxi anticipó en la corrida y Ardente se lo llevó puesto en el cierre. Formica cambió penal por gol.
San Martín pudo empatar en un arranque del complemento vertiginoso. Pero se topó con un error de Echavarría (clara mano de Freytes en el área) y con las manos de Aguerre, una verdadera muralla. Ni bien Newells retomó las riendas del partido, lo liquidó: Nadalín la empujó a la red, pero Echavarría, increíblemente, cobró penal por una falta a Alexis Rodríguez. La Fiera no falló y Newell’s festejó. La frutilla del postre la puso Víctor Figueroa en el tiempo de descuento al convertir el tercer penal pitado para los locales.