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Tigre demostró una vez más que es una máquina de jugar al fútbol y hacer goles

Hay quienes dicen, con cierta razón, que el Barcelona de Guardiola le hizo mal al fútbol. Los que sostienen la teoría ponen el foco en las salidas por abajo, en la idea de empezar a gestar el juego desde el arquero. Puede que haya quienes pretendan copiar la idea sin atender las circunstancias y se queden a mitad de camino. Pero hay otra mirada por hacer: Barcelona, ese Barcelona de Messi, Xavi e Iniesta,ha contagiado y globalizado un modo. ¿Por qué un equipo de un ciudad bonaerense no se puede animar? ¿Por qué un técnico que tuvo pasado de jugador distinguido no puede animar a sus dirigidos a que lo intenten, más allá de las enormes diferencias que los separan de los futbolistas de elite?

Tigre juega lindo al fútbol porque se anima a poner mediocampistas y delanteros de buen pie y porque tienen como premisa mostrarse y tocar el balón a uno o dos toques. Y los que descreen de la idea, que vayan a ver el primer gol del elenco de Victoria ante Atlético Tucumán. ¿Acaso el mejor de la Copa Superliga?

Tigre jugó un primer tiempo para recordar por largo tiempo. Es cierto que no generó tantas situaciones de gol, pero coleccionó pases al pie y construyó mil paredes. El golazo de Lucas Menossi (destino inequívoco de equipo grande o europeo) fue la muestra perfecta. La jugada la inicio con un taco Nicolás Colazo desde la banda izquierda y varios pases después definió mano a mano Menossi por debajo del cuerpo de Lucchetti. El titiritero de la obra fue Cachete Morales, esta vez jugando de enganche ante la ausencia de Walter Montillo. El golazo no lo aplacó al local: siguió jugando y buscando. A los 30 minutos Federico González casi empuja al gol un centro de Cavallaro, que había recibido nuevamente de Morales.

También sabe sufrir Tigre y tiene un arquero en alto nivel.Gonzalo Marinelli le sacó un mano a mano que vale un gol a Leandro Díaz y en el rebote convirtió Toledo, pero estaba un pasito adelantada. En la jugada siguiente, renovado Juan Cavallaro quedó frente a frente con Luchetti y la colgó del ángulo. De un lateral llegó un anticipo de Ezequiel Rodríguez y un pase de González para dejar al ex Unión y San Lorenzo de cara al 2 a 0.

Atlético Tucumán hace de la defensa su fortaleza. Se construye de atrás para adelante. Pero no anda bien en ese aspecto el conjunto del pragmático Ruso Zielinski y dependerá de un milagro para llegar a la final. Le había metido cuatro River y este sábado lo vapuleó Tigre. Demasiados goles en contra como para tener grandes pretensiones.

Los primeros 15 minutos de la segunda parte fueron un regalo para los miles de hinchas que colmaron el estadio y que supieron sufrir el descenso el torneo pasado. Fue una fiesta de golea, fútbol, aplausos, ovaciones, abrazos y sonrisas. El primero en sumarse a la fiesta de los golazos fue Cachete Morales, después Colazo y por último Cavallaro. Todos a bordo de una precisión notable.

Después del quinto grito de Cavallaro, el partido se convirtió en un homenaje, mientras que Marinelli no paraba de sacar pelotas de gol. Entró el Chino Luna, ídolo absoluto, aunque no le quedó ninguna para definir. Se ganó, sí, varias ovaciones. De todos modos, el más aclamado fue Pipo Gorosito. ¿Seguirá en la B Nacional? La idea y su intención es quedarse, pero le será imposible mantener este plantel de jugadores de tan alto nivel. Igual, esa es una historia que vendrá después: ahora, el objetivo probable que asoma es la final de la Copa, por qué no, la Copa Libertadores.

Fue una máquina Tigre, que jugó sin siete de sus habituales titulares. Pero eso no es problema porque Gorosito transmitió la idea que trasciende a los nombres. “La Superliga debería invitar a Tigre a jugar el año que viene”, soltó un hincha de unos 60 años. Un sueño, una locura imposible. Cosas que produce el loable Tigre de Gorosito, que sigue escribiendo la historia.

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