Dudas, resignación y festejos: el regreso de Sergio Massa con los K genera diferencias en Cambiemos

Dudas, preocupación, resignación y festejos. La apertura de Sergio Massa a negociar “una nueva mayoría” opositora para derrotar a Mauricio Macri genera reacciones diversas y opuestas en Cambiemos y acentúa las diferencias internas sobre el diagnóstico y la estrategia de cara a la elección, aun cuando el tigrense todavía no confirmó un acuerdo con el kirchnerismo.

Aunque por lo bajo altos funcionarios lanzaron filosos dardos hacia el líder del Frente Renovador, la decisión de la Casa Rosada fue mantenerse al margen. Imperturbable, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, ordenó a su tropa no hacer comentarios ni analizar públicamente los movimientos del ex diputado. “No opinamos de cómo se arma la oposición. El 22 de junio, con las listas en la mesa, hablaremos”, fue el argumento que planteó un importante ariete del ministro coordinador.

Otro funcionario de primera línea de ese sector fue más allá: “No preocupa ni cambia nada. Igual no hay que darlo por cerrado. Todavía van a suceder muchas cosas en ese universo”, dijo, enigmático.

Tanta cautela, a diferencia de la postura que la conducción del Gobierno adopta ante otros temas, acaso tenga que ver con la firmeza del peñismo de ratificar la candidatura de Macri y evitar cualquier debate que pueda generar una señal de debilidad.

Eso es lo que piensan varios ministros del Gabinete, cuya resignación contrasta con el optimismo permanente de Peña, Nicolás Dujovne (Hacienda), Guillermo Dietrich (Transporte).

Todavía sobrevuela en el oficialismo, pese a los esfuerzos que hicieron el propio Presidente y el jefe de Gabinete, la versión de que un dictamen negativo del consultor estrella macrista Jaime Durán Barba puede hacer reflotar la posibilidad de que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal sea la candidata, que se active el denominado “Plan V”.

Aunque lejos del “no pasa nada” del peñismo, cerca del jefe Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ayer se mostraron optimistas: razonan que Massa “perdería todo su capital” político. “Se desdibuja”, afirman. Pero exponen la necesidad de que haya una tercera vía peronista.

El pronóstico más apocalíptico del impacto que tendría el salto de Massa hacia el kirchnerismo de lo hacen los estrategas más políticos de Nación y Provincia. Y también el grueso de dirigentes del radicalismo.

El ala más política del Gabinete tenía expectativas de que Massa se mantuviera dentro de Alternativa Federal y lejos del kirchnerismo. Señalaban que el caudal de votos que podía sacar en ese espacio iba a afectar más a la candidatura de Alberto Fernández y Cristina Kirchner que a Macri. “Les quita puntos clave en la provincia y además el voto de centro de Sergio viene con nosotros entre las generales y el balotaje”, repetían. Con el tigrense negociando con los K, entienden que el elector anti Cristina llegará por anticipado, en las PASO, pero al mismo tiempo que el voto peronista, ingrediente principal del massismo, se unificará detrás de Alberto F.

Desde la gobernación bonaerense, donde -como contó Clarín- ya admitían complicadas las posibilidades de María Eugenia Vidal, no ocultan su preocupación: “Si (Massa) cierra con los K, a Mauricio le queda menos margen. Y nosotros estaríamos más complicados”. Sostienen que sin esa tercera vía con un componente peronista claro en la contienda, la fórmula Axel Kicillof-Verónica Magario será difícil de derrotar incluso para el as de espadas de Cambiemos en la cancha. El análisis va más allá si el cierre implica que Massa se postule para la gobernación: admiten que el corte que le harían a su boleta sería menor que a una liderada por el ex ministro de Economía.

Por eso, tras el gesto de Massa a los K, el jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai; analiza distintas opciones para complicar al peronismo. El vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, lo auxiliará. Dato: preocupa especialmente que el salteño Juan Manuel Urtubey, la cara electoral más potente de Alternativa Federal, todavía no tenga un candidato de peronista de vuelo en la provincia. Otro dato: semanas atrás, alguien del Gobierno con buen vínculo con Urtubey, sugirió que el conductor Marcelo Tinelli podía ser una buena figura para ese armado, que podía complicarle el voto al kirchnerismo en el Conurbano, pero no prosperó.

Tampoco abundan en la UCR voces optimistas. Desde su jefe, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, a la cabeza; hasta los dirigentes con mejor sintonía con Peña.

“Si es así, es game over. Y a esta altura ni siquiera la candidatura de Vidal nos podría asegurar no perder”, fue el crudo diagnóstico de un integrante de la cúpula de mando radical.

Los números que manejan en el radicalismo son más pesimistas que los que tiene la Casa Rosada. Y creen que Massa le puede aportar “al menos 5 puntos” a la fórmula Fernández-Kirchner. “Podría ser peor con Sergio, pero igual ya está muy difícil: en el Norte (Macri) tiene menos de 20 puntos, en el Sur es donde peor está. En la provincia de Buenos Aires, Cristina saca 12 puntos más. En ningún centro urbano se impone. ¿Dónde están los dos o tres puntos que dicen?”, es el planteo crítico que surge desde una de las espadas más alineadas con la Rosada.