En la Ciudad de Buenos Aires funciona la primera Casa Trans del país, ubicada en la avenida Jujuy 1341. El lugar ofrece diariamente servicios de atención y asesoramiento entre pares, asesoramiento integral de acceso al trabajo trans, armado de CVs y acompañamiento en el proceso de búsqueda e inserción laboral, asesoramiento jurídico y administrativo, espacios culturales y fundamentalmente contención humana.
Una de las acciones más importantes que se realizan en la Casa Trans es el asesoramiento integral de la comunidad, se reparten preservativos gratuitos, testeos de HIV, entre otras asistencias que promueven la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades de transmisión sexual.
“Creo, y lo digo con orgullo, que Buenos Aires es una ciudad de avanzada, donde se respeta y valora la diversidad en todo sentido”. (Horacio Rodríguez Larreta)
Las historias de vida se apilan en este luminoso espacio de la avenida Jujuy, en San Cristóbal. En Casa Trans, de la mañana a la noche, se respira “contención”. Y queda claro cuando las propias protagonistas relatan en primera persona cómo dieron con “la casa”. Morena Pinat, de 29 años, habla segura y no esconde ni un centímetro la dura lucha que llevó adelante desde su niñez en el Chaco, en Qutilipi, un pueblo al que le costó entenderme. Yo en ese entonces era un chico que no se sentía en un cuerpo adecuado en función de mi personalidad y de mi ser. Decidí cambiar y se me hizo muy difícil. De pronto sentí que mi vida no valía nada y que mi pueblo me expulsaba. Llegué a Buenos Aires y sentí que volví a nacer. Ni hablar cuando pisé por primera vez la Casa Trans… Fue un cambio que disfruté en el alma.”
Morena cuenta orgullosa que cursa el primer año en la Universidad de Arte y una de sus máximas aspiraciones es “transmitirles a otras chicas trans que hay una manera de vivir bien y con dignidad, más allá de la condición sexual que una tenga.”
Irina Fernández, de 21 años, es la “pichona del grupo”. Nació en Paraguay “en cuerpo de hombre, pero siempre me sentí mujer”, aclara de entrada. Y agrega que sufrió “mucísimo. Yo soy muy sensible y sentí mucha discriminación”. Se mudó con el padre a Misiones y siguieron los problemas. Hasta que su hermana la invitó a Buenos Aires, con la idea de concretar su gran deseo: ser mujer. “Hoy estoy en pleno proceso del cambio físico y por suerte en la Casa Trans me ayudan en todo”.
La obra en la Casa Trans es una iniciativa de las organizaciones de la sociedad civil junto con la Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, dependiente de la ViceJefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y funciona en cogestión con ATTTA (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina), y fue ejecutada por el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte.
“Creo, y lo digo con orgullo, que Buenos Aires es una ciudad de avanzada, donde se respeta y valora la diversidad en todo sentido. Es algo de lo que tenemos que estar orgullosos, pero siempre sabiendo que podemos mejorar. Donde hay una diferencia, tenemos que trabajar juntos para que no la haya más”, asegura el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
El lugar cuenta con una infraestructura adecuada para la atención al público. Tiene salas destinadas a sesiones de contención psicológica, charlas de prevención de enfermedades de transmisión sexual como así también su diagnóstico y tratamiento. La Casa Trans también cuenta con un Salón de Usos Múltiples, donde se dictan talleres recreativos y cursos de capacitación.
“Es un paso más en la integración, en la diversidad, en la inclusión, en la ampliación de derechos y en la visibilización de este colectivo que estuvo muy postergado en todos estos años.”, indicó Pamela Malewicz, Subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del GCBA.
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