Renunció Nicolás Dujovne y lo reemplazará Hernán Lacunza en el Ministerio de Hacienda
El ministro de Economía de la Provincia Hernán Lacunza recibió un llamado en la tarde del sábado a su teléfono celular que lo obligó a cortar otra comunicación. No podía esperar: era María Eugenia Vidal. La gobernadora fue la encargada de comunicarle que se sumaría al Gabinete de Mauricio Macri para reemplazar a Nicolás Dujovne en Hacienda.
Enseguida, Lacunza decidió suspender sus vacaciones en Neuquén junto a su familia y regresó a Buenos Aires para reunirse con el Presidente.
A las pocas horas, Dujovne difundió su renuncia. «Como bien sabés, puse todo de mí, tanto personal como profesionalmente», señala el ministro saliente en su carta de dimisión. En se refiere al Presidente por su nombre, lo trata de vos, le agradece su liderazgo y, también, reconoce errores.
Dujovne también envió un mensaje de WhatsApp al resto del Gabinete para despedirse. Admitió que en los primeros días colaborará con su reemplazante.
A última hora se esperaba que Macri recibiera a su flamante ministro en Olivos, aunque la reunión estaba fuera de agenda. La reunión podría terminar de plasmarse el domingo.
El lugar de Lacunza en la Provincia lo ocupará Damián Bonari, su número 2.
Dujovne, que asumió en reemplazo de Alfonso Prat Gay a fines de 2016, había sido el encargado de negociar los dos acuerdos con el FMI por un total de US$ 56 mil millones.
Nunca pudo plasmar su meta de un presupuesto con déficit cero, un compromiso asumido ante el organismo multilateral. El paquete de medidas económicas anunciadas luego de las PASO y la devaluación terminaron por derrumbar ese objetivo. Dujovne, que ya tenía decidido irse, no comunicó ninguna de las iniciativas.
La decisión terminó de cocinarse este sábado por la mañana, en Los Abrojos, la quinta familiar del Presidente. Hasta allí se trasladaron los dirigentes más poderosos del oficialismo: Vidal, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y Marcos Peña. El hermetismo prosiguió toda la jornada.
La gobernadora resultó fundamental para la salida de Dujovne y no vería con malos ojos que el Jefe de Gabinete diera un paso al costado. Peña por ahora seguirá en su cargo, a pesar de que Vidal reclama en privado más gestos.
Cerca del Presidente preferían esperar algunas semanas y estabilizar la situación económica antes de avanzar con cambios, que también daban por descontados. Macri había descartado cambios en el Gabinete. «Ahora no sirven», dijo en la conferencia de prensa del lunes.
El nombre de Lacunza para Hacienda ya había sonado con fuerza semanas antes de las PASO, una posibilidad que inquietaba a la gobernadora, que ya toleró el paso de funcionarios bonaerenses a la administración nacional, como el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro y el titular del PAMI Sergio Cassinotti.
Luego de la dura derrota en las primarias, Vidal se resignó. “Quedan pocos meses. Ojalá vaya Hernán, es lo mejor que puede pasar”, decían en algunos de los despachos más importantes de la gobernación.
Dujovne había salvado su pellejo en septiembre de 2018, con la corrida cambiaria a cuestas, cuando la gobernadora presionó por su salida.
Vidal lo responsabilizaba por el traslado de $35 mil millones del presupuesto nacional al bonaerense en concepto de subsidios del transporte y el traspaso las empresas energéticas.
Vidal y Lacunza reclamaban una actualización de $19 mil millones del Fondo del Conurbano, que Dujovne resistió en pos del equilibrio fiscal comprometido con el FMI, que Macri traicionó con el paquete de medidas de esta semana. Por esas decisiones; por el fracaso de la estrategia electoral y por el impacto que generaría, la gobernadora tiene a Peña en la mira.
Lacunza se convirtió en un vocero todoterreno de la gestión de Vidal. Cruzó al candidato presidencial del Frente de Todos Alberto Fernández. El ahora ex ministro bonaerense, además, tenía a su cargo el segmento de “intelectuales” de la Provincia para la campaña.
En los últimos días y hasta que el teléfono lo interrumpió, Lacunza había elegido mantenerse ajeno a los rumores. “No hay que escucharlos, tenemos que poner lo que hay que poner y trabajar”, sostenía en la intimidad.
Sabía que en la Casa Rosada preferían esperar a la reunión de los enviados del FMI con el Gabinete Económico, que ahora -dicen- podría postergarse.
Antes de embarcar rumbo a Aeroparque, Lacunza decidió suspender la implementación de 7 medidas que había pergeñado, a pedido de Vidal, para paliar el impacto de la devaluación en la Provincia.
La excusa formal fue que la gobernadora le había pedido postergar el paquete de medidas para medir el impacto de la batería de iniciativas -Ganancias, IVA de la canasta básica y Monotributo y congelamientos de naftas- que ordenó el Presidente. Tenía sentido, esas políticas le costarán a las sufridas arcas bonaerenses la friolera de $6 mil millones.
En los próximos días será la propia mandataria bonaerense la que se encargue de hacer el anuncio de medidas para la Provincia; un detalle mínimo al lado de la tarea que le esperará a su flamante ex ministro.
Entre las ventajas de sumar a Lacunza al Gabinete, en el Gobierno contaban su sintonía con Guido Sandleris, el actual titular del Central, que era su secretario de Finanzas en 2016, antes de partir a Hacienda. El presidente del Central también había sonado como posible reemplazo de Dujovne.
El ministro de Producción, Dante Sica, y el de Interior, Rogelio Frigerio, eran otras alternativas, aunque perdieron fuerza.
Este sábado, Dujovne -que hace unos meses se entusiasmaba en seguir como ministro en un hipotético segundo mandato de Macri- pretendía abandonar su cargo cuanto antes. Lacunza deberá hacerse cargo del «fierro más caliente» del Gobierno en el peor momento de Macri.