La cantidad de casos de coronavirus en Argentina no para de crecer, pero lo hace cada vez más lento. Al superar este martes la barrera de los 300 mil contagios registrados, el tiempo de duplicación se redujo 5 días con respecto a la duplicación anterior. Esto da cuenta de que la velocidad de la curva se ralentizó. No ocurrió lo mismo con la curva de muertes.
La cantidad de casos pasó de 150 mil a 300 mil en 25 días: desde el 24 de julio a este 18 de agosto. La anterior duplicación, entre los 75 mil y los 150 mil casos, se había dado entre el 4 y 24 de julio, es decir, en 20 días. Para el caso de las muertes, la duplicación fue un día más veloz: para pasar de 3.000 a 6.000 se demoró 21 días, mientras que entre las 1.500 y las 3.000 habían pasado 22.
El escenario de la pandemia no es igual en todo el país. Mientras la velocidad de la curva en la ciudad de Buenos Aires muestra un descenso, en otras provincias crece con fuerza. En el promedio general, el país se ubica en una mejor situación -por la menor velocidad del aumento exponencial- que la que tenía hacia fines del mes pasado.
Al analizar la situación de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, se ve que en el mismo período analizado (entre el 24 de julio y este martes) la cantidad de casos pasó de 88.709 a 190.199, es decir que superó la duplicación en ese mismo plazo: 114 por ciento. La Ciudad, en cambio, pasó de 51.977 casos a 79.252, esto es un incremento por debajo del promedio nacional: 52 por ciento.
Un paneo por los principales distritos del país da cuenta de lo siguiente: Chaco, que fue una de las provincias inicialmente más comprometidas, ahora aumentó su caudal de infectados sólo el 39 por ciento, incluso por debajo de la ciudad de Buenos Aires; una contracara es Jujuy, que registró una suba del 270 por ciento en 25 días, o sea que casi cuadruplicó la cifra al pasar de 1.353 a superar los 5.000 casos.
Mendoza también experimentó una disparada: pasó de 730 casos a 3.500 y trepó el 379 por ciento. Santa Fe, que tenía 868 casos y ahora araña los 3.500, registró un aumento del 295 por ciento. Otras provincias en las que las últimas semanas se aceleró la curva son Córdoba, con un aumento del 193 por ciento; y Río Negro, con 157 por ciento.
Los 305.966 casos que suma Argentina la ubican 13° en el mundo y la acercan al pelotón de los diez países con más casos de coronavirus. En Sudamérica hoy es superada por Brasil, Perú, Colombia y Chile. La tasa de letalidad local es mucho más baja que en esos lugares. Todos tienen entre 300 y 700 muertes por millón de habitantes, mientras Argentina registra 128.
De todos modos, que la curva de casos aumente más lento que la de muertes ha hecho que en las últimas semanas la tasa de letalidad suba. Hoy se ubica en el 2 por ciento, el 24 de julio (cuando el país tenía 150 mil casos) esa tasa era del 1,83 por ciento, con 2.722 muertes para 148.027 casos.
A medida que se acerca el pico, el comportamiento lógico de la pandemia hace que la curva de muertes empiece a crecer relativamente más rápido que la de casos. La cantidad de contagios en proporción baja, y los decesos son una parte de los casos más graves, acumulados durante las semanas previas.
La proporción de recuperados también crece: 223.531 pacientes superaron la enfermedad en el país, lo que representa el 73 por ciento del total. Este número tuvo un fuerte crecimiento a comienzos de agosto, cuando se cambió el criterio administrativo para considerar que un enfermo se ha curado.
Aunque en el país pueda haber brotes puntuales en varias provincias, el pico quedará atrás una vez que se consolide un descenso de los casos positivos en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, donde vive la mayoría de los argentinos. Las cifras porteñas parecen indicar que esa instancia está cerca, mientras que la curva bonaerense todavía muestra un crecimiento por encima del promedio nacional.
La distribución de los contagios por edades indica que en Argentina la mitad se dio entre personas de 20 a 40 años. Los chicos menores de 10 años representan sólo el 12 por ciento del total de los casos, mientras que los mayores de 60 años son el 13 por ciento, lo que explica en parte la baja mortalidad local.
Como contraparte, el 80 por ciento de las muertes se dio en mayores de 60 años. Entre los menores de 40 años se produjo sólo el 4 por ciento de los decesos. Y entre los 40 y los 60 años tuvo lugar el 15,5 por ciento de las víctimas fatales.