Cómo es la vacuna de Moderna que podría llegar a la Argentina

Al día de hoy, en la Argentina se está aplicando únicamente la vacuna rusa desarrollada por el Centro GamaleyaSputnik VYa se inocularon 107.542 personas con las primeras 300 mil dosis adquiridas, -según datos del rastreador estadístico Our World In Data– mientras que el Ejecutivo anunció en paralelo el envío de la segunda tanda a las provincias.

Al mismo tiempo, las autoridades argentinas buscan contra reloj adquirir inoculaciones de las vacunas chinas de Sinopharm y CanSino y ultiman los detalles para avanzar en el proyecto de producción conjunta con México sobre la de AstraZeneca Oxford. En el caso de la vacuna rusa, los funcionarios locales esperan la documentación correspondiente por parte de los desarrolladores de Sputnik V, es decir los resultados de su aplicación en la población mayor de 60 años que demuestre su eficacia, eficiencia y seguridad para comenzar a aplicarla en esta franja etaria.

Las vacunas de Moderna y Pfizer/BioNTech son inoculantes que se valen de una nueva y novedosa tecnología de ARN mensajero que pretende revolucionar este sector de la industria farmacéutica. El éxito que ha tenido esta molécula en las vacunas para prevenir al COVID-19 ha despertado el interés en todo el mundo por combatir otras 30 enfermedades en poco tiempo.

La vacuna de Moderna podría tocar suelo argentino a partir del inicio de negociaciones entre el presidente argentino Alberto Fernández y representantes de la compañía farmacéutica estadounidense.

El Presidente lideró conversaciones con AstraZeneca, Pfizer, Sinopharm y el Fondo Ruso de inversión Directa, pero no estaba en su agenda abrir una negociación con la empresa Moderna.

Sin embargo, el contacto institucional se produjo la semana pasada y ahora hay una posibilidad de cerrar la provisión de una vacuna eficaz que ya fue vendida a la Unión Europea, Japón, Canadá, Reino Unido e Israel.

Ahora bien, ¿de qué manera actúa?

El ARN mensajero

¿Cómo funciona la vacuna de la compañía Moderna? A través de tecnología del ARN mensajero al igual que la de Pfizer/BioNTech. Los ensayos clínicos en ambas candidatas mostraron su gran eficacia, es reciente y nunca antes había sido probada. La pandemia se convirtió en una oportunidad para probar una nueva tecnología que se viene desarrollando desde hace 30 años.

Se trata de una tecnología genética que durante mucho tiempo ha sido muy prometedora, pero que hasta ahora se había topado con obstáculos biológicos. Se llama ARN mensajero sintéticouna variación ingeniosa de la sustancia natural que dirige la producción de proteínas en las células de todo el cuerpo. Sus perspectivas han hecho oscilar miles de millones de dólares en el mercado de valores, han hecho y puesto en peligro carreras científicas y han alimentado las esperanzas de que podría ser un gran avance que permita a la sociedad volver a la normalidad después de meses viviendo con miedo.

Este componente se fabrica en laboratorio. Mediante la vacuna se inserta en el cuerpo y toma el control de esta maquinaria para fabricar proteínas o antígenos específicos del coronavirus: sus “espículas” o espigas, esas puntas tan características que están en su superficie y le permiten adherirse a las células humanas para penetrarlas.

Estas proteínas, inofensivas en sí mismas, serán liberadas por nuestras células tras recibir las instrucciones de la vacuna, y el sistema inmunológico en respuesta producirá anticuerpos. Estos anticuerpos permanecerán de guardia durante mucho tiempo -según se espera- con la facultad de reconocer y neutralizar el coronavirus en caso de que nos infecte.

Empezó una nueva etapa del desarrollo de las vacunas. El mundo se dirige hacia las vacunas de tecnología de ARN mensajero. Todos los laboratorios del mundo que las fabrican van a tener que considerar utilizar este tipo de tecnología. Cuando entendamos sobre la precisión de lo que se está generando, no va a haber vuelta atrás”, indicó el médico genetista Jorge Dotto (M.N. 107.411), uno de los referentes en genética a nivel mundial.

Eficacia del 94%

Los ensayos en Fase III de esta vacuna candidata mostraron su gran eficacia. La vacuna contra el COVID-19 de Moderna, que recientemente demostró tener una eficacia del 94%, hace que el sistema inmunológico humano produzca anticuerpos potentes que perduran durante al menos tres meses, mostró un estudio publicado en la prestigiosa revista científica NEJM.

Investigadores del estadounidense Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), que co-desarrolló el fármaco, estudiaron la respuesta inmunitaria de 34 participantes adultos, jóvenes y mayores, desde la primera etapa del ensayo clínico.

La vacuna de Moderna, llamada mRNA-1273, se administra en dos inyecciones con 28 días de diferencia cada dosis

En un artículo publicado en el New England Journal of Medicine, los científicos explicaron que los anticuerpos, que son los que impiden que el virus SARS-CoV-2 invada las células humanas, “disminuyeron ligeramente con el tiempo, como se esperaba, pero permanecieron elevados en todos los participantes 3 meses después de la dosis de refuerzo”. La vacuna, llamada mRNA-1273se administra en dos inyecciones con 28 días de diferencia cada dosis. Aunque la cantidad de anticuerpos cae con el tiempo, eso no es necesariamente un motivo de preocupación.

Moderna, una empresa de biotecnología de 10 años con miles de millones en valoración de mercado pero sin productos aprobados, está avanzando con una vacuna propia. Su nueva y extensa instalación de fabricación de drogas está contratando trabajadores a un ritmo rápido con la esperanza de hacer historia, y mucho dinero.

Inmunidad de al menos 3 meses

La candidata de Moderna hace que el sistema inmunológico humano produzca anticuerpos potentes que perduran durante al menos tres meses, mostró un estudio publicado a comienzos de diciembre.

Investigadores del estadounidense Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), que co-desarrolló el fármaco, estudiaron la respuesta inmunitaria de 34 participantes adultos, jóvenes y mayores, desde la primera etapa del ensayo clínico.

Los científicos explicaron que los anticuerpos, que son los que impiden que el virus SARS-CoV-2 invada las células humanas, “disminuyeron ligeramente con el tiempo, como se esperaba, pero permanecieron elevados en todos los participantes 3 meses después de la dosis de refuerzo”.

Almacenamiento ultrafrío

La ventaja es que con este método no hay necesidad de cultivar un patógeno en el laboratorio, porque es el organismo el que hace la tarea. Es por esta razón que estas vacunas se desarrollan más rápidamente. No se necesitan células ni huevos de gallina (como con las vacunas contra la gripe) para fabricarlas.

Con las vacunas de ARN, “todo lo que se necesita es la secuencia del antígeno”, dijo a la AFP David Weissman, el inmunólogo que coinventó la técnica perfeccionada a mediados de la década de 2000 y que allanó el camino para esta tecnología. Ahora es consultor de BioNTech.

Las vacunas de ARN tienen la interesante característica de poder producirse con mucha facilidad en cantidades muy grandes”, resumió Daniel Floret, vicepresidente del Comité Técnico de Vacunas de la Alta Autoridad Sanitaria de Francia.

La desventaja es que esta vacuna, envuelta en una cápsula protectora de lípido, debe almacenarse a muy baja temperatura porque el ARN es frágil. La vacuna de Moderna se almacena a -20 °C, lo que requerirá el mantenimiento de la cadena de frío desde la fábrica hasta las farmacias y/o centros de vacunación. Este punto es central para la Argentina, ya que muy pocos lugares cuentan con este tipo de congeladores de ultra frío.