En una verdadera final Argentina mostró chapa y clasifico a octavos

El seleccionado argentino llegaba al partido con nigeria con dudas, cuestionado y con la obligación de ganar o ganar, no era un simple partido de grupo, era una final a todo o nada, pero estuvo a la altura para sacarla adelante.

En un partidazo en donde pudo ganarle a Nigeria 2-1 en San Petersburgo. Messi, que fue figura, y Rojo, sobre el final, le dieron la victoria a la Selección.

El gol de nigeria llego en un momento inmerecido, un penal que para la mayoría no fue y se cobro con el uso de la nueva tecnología (VAR).

¿Qué es el Var?

El reglamento oficial del sistema VAR establece cuatro situaciones en las que el árbitro puede repasar en vídeo y ninguna de ellas contempla el fuera de juego:

Goles

La función de los asistentes de vídeo es ayudar al árbitro a determinar si se ha producido alguna infracción que impida conceder el gol, cómo por ejemplo faltas o fueras de juego, todos los tantos serán revisados para descartar cualquier sospecha.

Penales

El VAR garantiza que no se tomen decisiones erróneas relativas a la señalización (o no) de un penal.

Tarjetas rojas

Los asistentes de vídeo evitan que se tomen decisiones erróneas en relación con infracciones conducentes a la expulsión de un jugador.

Confusión de identidad

Si un árbitro no amonesta o expulsa a un jugador que debe, o no está claro qué jugador ha cometido una infracción, los asistentes de vídeo pueden informar al árbitro para que sancione al jugador que haya incumplido el reglamento.

Funcionamiento

El funcionamiento del VAR es muy sencillo. El primer paso lo da el árbitro o uno sus asistentes ubicados en una sala de vídeo donde siguen el choque por televisión.

Uno de los dos interpreta que hay una acción susceptible de ser revisada y avisa al otro.

En ese momento, los asistentes de vídeo reproducen la acción por televisión una y otra vez e informan al árbitro principal de lo que han visto a través de los auriculares.

Llegado a este punto es el propio colegiado quien debe tomar una decisión, dando por buena la opinión de sus asistentes o parando el partido para revisar él mismo la acción en un televisor colocado junto al terreno de juego, en teoría, todo este proceso no debe tardar más de dos minutos.

La mano de D10S

En una jugada en donde el defensa Rojo se quedo arriba, a cinco minutos del final del partido le dio a la Selección argentina la victoria sobre Nigeria por 2 a 1 y la clasificación a los octavos de final del Mundial de Rusia 2018, donde enfrentará a Francia el próximo sábado.

La Obra de Arte

Banega demostró porque debe estar en la selección, le tiro un pase de mago a Lio Messi, que primero paro con la rodilla, y luego adelanto, para dar esa pequeña ventaja que le deje la pelota servida para el remate sin que puedan interceptarlo, solo Messi hace estas cosas.

Pero luego, un penal polémico convertido por Victor Moses en el arranque del complemento, sufrió hasta último momento y Rojo, con un remate de derecha a centro de Gabriel Mercado, consiguió el triunfo agónico, como muchos dirían a Lo Boca.

El equipo de Sampa, después de haber vivido los días más difíciles desde que inició su gestión, clasificaron a la próxima instancia, donde el sábado a las 11:00 (hora argentina) en Kazán, chocarán con Francia, ganadora del Grupo C.

La victoria de Croacia sobre Islandia por 2 a 1 poco importó al final, ya que la Selección albiceleste se sacó la mufa en este Mundial y pudo conseguir el primer objetivo.

El tiro libre de Lionel Messi pegó en el palo nigeriano.

Pero fue un partido de sentimientos, emotivo, que había que ganar por sobre el juego, que tanta deuda generó en las primeras presentaciones en Rusia 2018.

Y detrás del grito de Rojo y el abrazo como un mono de Messi, se fueron los alaridos de los más de 25 mil argentinos que estuvieron en el estadio de San Petersburgo, y de los millones que estaban frente a una televisión en el país.

Las lágrimas de los jugadores en el círculo central, abrazados con el cuerpo técnico y los dirigentes, fueron el reflejo de ese sufrimiento interno.

Habrá que quedarse con que, una semana y media después de empezar el Mundial, apareció la entrega y el sacrificio, que era uno de los ítems que más se le reclamaban a la Selección para este torneo.

Dominio argentino y Messi sublime en el primer tiempo

Messi empezó volcado sobre la derecha, con Enzo Pérez como apoyo e intentando encontrar un hueco en la apretada defensa de Nigeria, que esperó agazapado en esos primeros instantes.

Sobre los siete minutos, el partido tuvo su primer cortocircuito, con Rojo y Tagliafico cerrando con lo justo un ataque nigeriano, y el propio lateral izquierdo llegó del otro lado para intentar un remate que se fue lejos.

Desde el empuje, Argentina empezó a dominar y desbordar a Nigeria, lo que logró trasladar incluso al marcador, haciendo lo más difícil para un partido con tanta carga emotiva.

Rojo anticipó en el fondo, Banega recibió y, con tiempo, esperó el desmarque en vertical de Messi, que controló con el muslo, acomodó hacia delante y definió de derecha, cruzado, para firmar un golazo, su primero en el Mundial de Rusia.

Era un desahogo para los días más terribles de la Selección en los últimos años, por todo lo que se vivió dentro del búnker de Bronnitsy.

Y con la ventaja, Argentina justificó el triunfo desde la tenencia, la movilidad de un enchufado Messi, que tuvo el segundo en un tiro libre que reventó el palo izquierdo del joven arquero Francis Uzoho.

Enzo Pérez y Banega trataron de ser los socios de Messi, pero Argentina, cuando le tapaban los huecos, optaba por un pelotazo largo de impaciente, que casi siempre fue errado.

Sufrimiento y desahogo en el complemento

Desde el palco, el astro Diego Maradona vitoreaba y levantaba al público, al igual que otros históricos como Sergio Goycoechea, Javier Zanetti, Fabián Ayala, Juan Pablo Sorín y Oscar Ruggeri.

Pero todo cambió en un segundo, a los cuatro minutos del segundo tiempo: de un lateral-centro, Nigeria ganó un córner en el que el árbitro turco Caneyt Cakir vio un sensible agarrón de Mascherano a Balogun en área y sancionó penal.

Tras la venia del VAR, Victor Moses engañó a Armani, que se quedó en el medio y vio cómo la pelota entraba a su izquierda para convertirse en el 1-1.

El gol fue un baldazo de agua fría para una Selección acribillada mediáticamente y que veía aparecer los fantasmas nuevamente en su alrededor.

El ingreso de Pavón y Meza por las bandas, más Agüero en el tramo final, le renovó el aire, pero estaba carente de jerarquía individual para sacar diferencia.

Los centros iban al primer palo, los pases volvían a ser errados, mal elegidos, y defensivamente volvió a quedar expuesto en varias jugadas. Ahí apareció Franco Armani, después de tanta discusión por quién debía ocupar el arco albiceleste, con una atajada vital en un mano a mano frente al ingresado Ighalo.

Argentina estaba afuera del Mundial, pero el público todavía creía, alentaba y empujaba desde las tribunas, y los jugadores entendieron el mensaje.

Sin pensar, la pelota empezó a acercarse al área de Nigeria, uno de los pocos centros que pasaron la primera línea de defensa cayó en la pierna derecha de Rojo, que ya estaba volcado al ataque pese a ser marcador central, y tuvo la capacidad de meterla contra un palo.

El desahogo, las lágrimas y toda la carga anímica de un partido repleto de vaivenes emocionales se terminó con el pitazo final.