Pudo ganarlo si el árbitro Penel cobraba penal en la última jugada del partido y el ejecutante designado lo metía. Pero hubiera sido mucho premio que Boca se llevara los tres puntos del Barrio Alberdi. Durante los 90 minutos, el equipo de Gustavo Alfaro no fue superior en el juego a Belgrano. Es más, fue el local el que contó con las situaciones más claras del partido. El empate, al final y al cabo, terminó siendo justo. Y Boca, que tenía la gran chance de acercarse a la punta tras la derrota de Racing ante Racing, apenas descontó un punto y quedó a diez de la cima aunque con un partido menos jugado. No se prendió y todavía tampoco se termina de prender en el juego.
De entrada, le costó a Boca acomodarse. Tanto al mal estado del campo de juego (varios sectores de la cancha con mucha arena para tapar los pozos) como a la presión fuerte que le propuso Belgrano. Sin juego, sin poder avanzar salvo mediante pelotazos, al equipo de Alfaro se lo notó incómodo. Y el local, sin demasiados recursos, generó dos o tres situaciones que no terminaron en gol por fallas propias o por las buenas intervenciones de Andrada. No extrañó que el 1 a 0 de Boca, ante ese contexto, fuera a través de una pelota parada. Un buen corner ejecutado por Zárate sirvió para que Lisandro López le ganara de arriba a dos defensores rivales a la altura del primer palo y desviara de cabeza la pelota al segundo palo para dejar sin chances a Rigamonti.
No mostró demasiados méritos el equipo de Alfaro como para terminar en ventaja el primer tiempo. A excepción de Andrada, que se lució con dos grandes atajadas, sobre todo un manotazo a contrapierna tras un cabezazo de Novillo. Con Campuzano y Almendra incómodos en sus posiciones, Boca careció de juego y sólo su jerarquía individual emparejó un partido que Belgrano, desde lo colectivo, marcaba una leve diferencia.
El segundo tiempo ya fue más de ida y vuelta. Con poco tránsito en la mitad de la cancha. Belgrano, por lógica, salió a buscar con mayor decisión el empate. Y eso provocó espacios que Boca intentó aprovechar para estirar la cuenta. Rigamonti comenzó a tener algo más trabajo. Pero el local no cesó en su intención, en su búsqueda. Brunetta entró para intentar desbordar por afuera y en una jugada aislada, Lértora capturó un rechazo defectuoso de Lisandro López y metió un disparo que terminó en el 1 a 1.
Alfaro, un rato antes, había movido el banco. Wanchope y Tevez ingresaron por Zárate y Benedetto como para darle aire al ataque boquense pero el juego siguió sin aparecer y el equipo no contó con ocasiones claras como para definir el encuentro.