“No me va a temblar el pulso para prorrogar la cuarentena”. Tras el aviso que hizo el Presidente públicamente, ya no quedan dudas de que el aislamiento social preventivo y obligatorio no se terminará el 31 de marzo. Pero, aunque todo indica que será prorrogado hasta el 13 de abril, es decir luego de Semana Santa, como anticipó Notibarrios; antes de oficializar su decisión, Alberto Fernández quiere escuchar la opinión de los médicos y del Consejo Interministerial que trazó para asesorarse ante el avance del coronavirus.
Días atrás, Alberto F. contó el dilema que se le presentó cuando debía decidir en qué momento comenzaba a regir. Precisó que decidió “que fuera de inmediato”, porque advirtió que podía generar que los argentinos decidieran viajar a la Costa Atlántica y otros puntos del país con plan de vacaciones y que era imprescindible que el aislamiento se realizara en los domicilios.
En esta ocasión Alberto F. no necesita especular con las fechas, ya que hasta el martes inclusive tiene tiempo. Sin embargo, lo podría anunciar este viernes, según confió a este diario una alta fuente oficial.
“Aprendimos que tenemos que tener sobre la mesa todas las opciones e ir tomando las decisiones según lo que dicen los expertos”, explicó un funcionario de confianza extrema con el mandatario. Esto da cuenta de por qué, a pesar de tener la convicción de que el distanciamiento social es la herramienta más eficaz para frenar los contagios, el Presidente haya optado por ser cauto y escuchar primero las recomendaciones de los expertos.
En ese sentido, como el período de incubación del coronavirus puede durar hasta 14 días, recién el 3 de abril el Gobierno podría empezar a procesar datos limpios del efecto de la cuarentena. Esto, sumado a que a partir de la descentralización del Instituto Malbrán comenzaron a hacerse más estudios en laboratorios de todo el país y se evidenció un crecimiento de la cantidad de casos. “El número de hoy es la foto de hace dos semanas. Los que hay que mirar son los de Semana Santa“, indican en el Gobierno.
La necesidad de esperar esos resultados y el temor, nuevamente, a que ante el feriado la gente se desplace para descansar en centros turísticos, lo que podría desatar una aceleración de los contagios, son dos de los puntos sobre los que se sostiene la intención del Gobierno de prolongar la cuarentena. También, aunque en menor medida, influyen las dificultades que se registraron inicialmente para garantizar su cumplimiento.
“Luego de los feriados hubo algunos que circularon y no debían hacerlo, pero hoy (por este jueves) ya no hubo problemas“, razonaron cerca del Presidente, que no dudó en calificar de “idiota” al surfer que volvió de Brasil y violó dos veces la cuarentena.
Si bien nadie quiere hacer un pronóstico, la expectativa que tienen en Salud es que la curva comience a achatarse. Vale el repaso: según las proyecciones que había elaborado el ministro González García y repasó el Presidente con los líderes de la oposición, los casos se duplicarían cada tres días hasta el 31 de marzo; y luego -si se mantienen las restricciones- comenzaría a haber una desaceleración, que redundaría en un amesetamiento a partir del 20 de abril.
Un dato a tener en cuenta que puede servir para anticipar la sugerencia que le harán los médicos a Alberto F.: en ese paper, entre las medidas que pedían “para lograr aplanar la curva”, los especialistas remarcaron la importancia de disponer la “renovación de las medidas con períodos de 15 días hasta la reducción a 0 de la tasa de crecimiento de casos”.
No obstante, eso se daría, según todas las proyecciones que planteó Salud en ese documento, no antes del 20 de mayo, cuando se prevén más de 250.000 infectados, en total.
Fernández no se cansa de repetir que en su decisión de restringir la circulación seguirá priorizando “la salud de los argentinos por sobre la economía”. Sin embargo, al mismo tiempo, es consciente del impacto que puede generar este parate. Y busca anticiparse a situaciones de conflicto.
La necesidad de esperar esos resultados y el temor, nuevamente, a que ante el feriado la gente se desplace para descansar en centros turísticos, lo que podría desatar una aceleración de los contagios, son dos de los puntos sobre los que se sostiene la intención del Gobierno de prolongar la cuarentena. También, aunque en menor medida, influyen las dificultades que se registraron inicialmente para garantizar su cumplimiento.
“Luego de los feriados hubo algunos que circularon y no debían hacerlo, pero hoy (por este jueves) ya no hubo problemas“, razonaron cerca del Presidente, que no dudó en calificar de “idiota” al surfer que volvió de Brasil y violó dos veces la cuarentena.
Si bien nadie quiere hacer un pronóstico, la expectativa que tienen en Salud es que la curva comience a achatarse. Vale el repaso: según las proyecciones que había elaborado el ministro González García y repasó el Presidente con los líderes de la oposición, los casos se duplicarían cada tres días hasta el 31 de marzo; y luego -si se mantienen las restricciones- comenzaría a haber una desaceleración, que redundaría en un amesetamiento a partir del 20 de abril.
Un dato a tener en cuenta que puede servir para anticipar la sugerencia que le harán los médicos a Alberto F.: en ese paper, entre las medidas que pedían “para lograr aplanar la curva”, los especialistas remarcaron la importancia de disponer la “renovación de las medidas con períodos de 15 días hasta la reducción a 0 de la tasa de crecimiento de casos”.
No obstante, eso se daría, según todas las proyecciones que planteó Salud en ese documento, no antes del 20 de mayo, cuando se prevén más de 250.000 infectados, en total.
Fernández no se cansa de repetir que en su decisión de restringir la circulación seguirá priorizando “la salud de los argentinos por sobre la economía”. Sin embargo, al mismo tiempo, es consciente del impacto que puede generar este parate. Y busca anticiparse a situaciones de conflicto.